Dame un minuto de AGUA El Marques de SegURA (cuento a cuenta de un minuto)
Publicado el 10 enero, 2011 por lavisitatv
En una pequeña población del norte, los habitantes vivían plácidamente de lo que la naturaleza les obsequiaba. Estos con diferentes oficios y ocupaciones, se aprovechaban de sus recursos a su antojo y manera, sin tener en cuenta, la Ley de la Naturaleza; para sembrar hay que recoger.
Entre los habitantes, estaba el Marques de SegURA, que un afán desproporcionado despilfarraba el agua a todas las horas.
Llego el día que ante la escasez de lluvias los habitante habilitaron un gran depósito para recoger el agua y así poder hacer un uso racional del mismo, pero el Marques de SegURA, que se ganaba la vida vendiendo telas, seguía con su mala costumbre de tener los grifos abiertos y malgastar el agua. Este abuso del Marques llevo en varias ocasiones a restricciones que él no respetaba.
Un día, y ante la gran comilona que había engullido el Marques de SegURA, se vio con la necesidad de acudir al baño y hacer cacas. Fueron tan grandes y mal olientes como toda la comilona que había ingerido. Al tirar de la cadena, no había agua que arrastrare y se llevara todo el pastel que había defecado y el mal olor fue invadiendo toda su casa y comercio.
Los vecinos, además de recriminar su actitud dejaron de acudir a su tienda, por lo mal que olía.
Paso el tiempo, y con él se fueron los olores, llego el perdón de los habitantes del pueblo y todo parecía volver a la normalidad, cuando el Marques de SegURA, volvió a sus viejas y malas costumbres de derrochar el agua. Esta vez, aprovechaba las cuadras de los animales y los portales ajenos para hacer sus necesidades.
Gran parte del pueblo sospechaba que el Marques pudiera ser el autor de tan maloliente asunto, pero no conseguía pillarle “in fraganti”
Su continuo abuso, hizo que más de una vez el pueblo se quedara sin agua, y uno de estos días, y tras una opípara comida, encendió un puro y se recostó plácidamente, quedándose dormido con el puro encendido. Las llamas nos tardaron en prender gran parte de sus telas y destruir todo los que a su paso encontraban, excepto a él que raudo y veloz escapo dando la voz de alarma. Todos los vecinos, ataviados con palas, y utensilios de los más diversos ayudaron a extinguir el fuego sin agua, ya que el Marques de SegURA había gastado con su egoísmo toda la que el pueblo disponía hasta las próximas lluvias.
No sabemos, si el Marques aprendió la lección, pero lo que si sabemos, es que el agua, es imprescindible en nuestras vidas y no solo para beber, sino, para VIVIR.
Dame un minuto de agua.
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martes, 11 de enero de 2011
Cuento DAME Un MINUTO de AGUA
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