miércoles, 21 de diciembre de 2011

Etapa MOGRO - SANTILLANA .Colegiata Santillana del Mar

DESDE MOGRO A SANTILLANA por el Camino de Santiago
EL escribir desde la distancia y los días, me hace ser más reflexivo y hace una semana que llegue del camino de Santiago para recordar aquello que venga a mi memoria: Pero sobre todo, lo que emocione mi corazón acatarrado estos días…
Salí de Mogro y de la Posada del Condado de la Mota, después de desayuna con más cariño que efectividad, pero con la lluvia que fuera caía, agradecí mas las ganas de Álvaro con su disposición que cualquier bollo que me hubiera puesto en la mesa.
Se acerco Loli, a la que recordé que uno nunca se equivoca cuando toma decisiones; Acierta o no acierta, pero NUNCA se Equivoca. Y que tomara la decisión que tomara de quedarse en esa posado o seguir por otros caminos, siempre seria la correcta.
Había andado solo unos kilómetros y me parecían muchos de experiencias acumuladas. El camino estaba cumpliendo con creces las expectativas depositadas, porque nunca se puede negar, que aunque no esperes “nada”, siempre esperamos “algo” y paraguas en mano y mochila a la espalda seguí a buen ritmo los más de veinte kilómetros que me separaban de Santillana del Mar.
A los pocos metros y con el fondo del Parque Natural de de Liencres y la desembocadura del Pas, me encostre con José, un pasiego de los pocos que solo se dedican a las vacas, al ganado y al campo. Subía a la montaña porque con el frio las vacas recién paridas, no se levantan del calorcito de la tierra e impiden que los terneros mamen de la ubre. La conversación con José es ágil y entretenida, porque no se limita responderme sino que me pregunta de dónde soy y que busco haciendo el camino.- ¡No busco nada le respondo!, pero él se ríe y señalándome que eso del fondo es Bárcena de Cudon, me dice que todos buscamos algo.- La ternera la ubre de la madre, y hasta él, el cariño-calor de su mujer que queda en casa al cuidado. Casi sin venir a cuento, me habla de amores, de padres e hijos, de mujeres y esposas, de vacas y crías, en un revuelto que ni Arguiñano hubiera guisado tan bien. Me despedí con el estomago lleno de tanto “alimento” Gracias José…no te haces ideas lo que me has enseñado y quizás nunca leas estas letras que de manera humilde te dedico, pero agradezco esos escasos metros de tu compañía, te agradezco esas palabra y metáforas de la vida y los animales…gracias José, gracias.
Una pista bien trazada y de tierra firme discurre paralela a unos tubos que me entero son los que llegan desde la fábrica de química Solvay y trasportan líquidos; en uno calientes y por esos muchos gatos se refugian en sus bajos y otra de residuos que dan al mar. No doy crédito, pero no lo dudo al contármelo un lugareño que conoce bien el terreno. Es más, esta pista por la que ahora trascurre el camino esta a raíz de la construcción de los tubos.
Paso por un polígono industrial y me cruzo con varios caminantes que aprovechan la jornada festiva para hacer un poco de caminata, acompañados por sus mascotas.
El cielo sigue gris pero ha parado de llover y el color vuelve al camino con un par de edificaciones que parasen ser el cuartel de la guardia civil. Me alegra, si es así, que este cuerpo ponga color en sus vidas. Se agradece además este fogonazo de color, por que el paisaje aun siendo verde era muy monocromático y más cuando deje la montaña de grijo que proviene también de la fábrica de Solvay. Me ha dejado impresionado esta fabrica…aquí la tengo ante mis ojos, con un montón de casas que parecen ser las de los propios operarios y unas escuelas que tienen pinta de ser para los hijos de quienes trabajan y mas allá otra escuela de formación que intuyo será para los que quieran incorporarse a Solvay.
Con el impacto de Solvay sigo caminando.
Parece ser que este buen hombre…el señor Solvay que de nombre no recuerdo era un químico belga que desde su país natal, espacio su conocimientos sobre como son seguir sosa caustica y así dispuso fabricar por todos los continentes del mundo.
Así en las proximidades de Torrelavega lleva muchos años fabricando Sosa Caustica y grijo, según me cuento otro lugareño al que pregunto por cotejar más opiniones.
Entro en Viveda por un puente y sin dejarme la lluvia que sosa y torpona cae por mi unosetenteydos . Giro a la izquierda y me adentro por caminos interiores que producen otro viaje introspectivo no solo por las profundidades de Cantabria, sino por las propias mías y me encuentro a mí mismo, sonriente, contento y feliz por el trayecto realizado, por los pasos andados no solo con los pies, sino con mi cabeza, pensamientos y lo que es más importante el viaje de mi corazón que late y siente con más fuerza. Doy las gracias a no sé quien, por haber comenzado este viaje que me lleva más allá de los limites y lugares que marca el mapa.
Jodido pero contento que se dice, paso por la Posada de las Tres Mentiras y me pregunto si mis mentiras habrán hecho mucho daño. Y me pregunto si habré mentido mucho… después de un rato y con muchas respuestas, llego a la conclusión que pocas veces me he mentido a mí mismo y en este acto de sinceridad, seguía encontrándome a gusto, con el camino y conmigo pese a las ampollas que me recordaban que al final de mi extremidad estaba mi pie quejoso.
Un perro ladra y el macho que le acompaña asiente, metros delante la Pensión de Lydia, para ver de frente un poblado lleno de casas pintadas de verde y color piedra. Me recuerdan a ese pueblo que por Andalucía han decidido ser pitufolnadia y pintar todas sus casas de azul. Es bonito…y mas con una gran manada de gaviotas que revolotean, anunciándome que pronto esta Santillana de Mar.
El visionar la meta, me hace sonreír y ponerme más contento de lo que estaba…. Estoy llegando a Santillana.
La belleza de esta localidad de sobra es conocida y como el Albergue no se abre hasta las cuatro de la tarde paseo con mis ampollas por estas calles empedradas que por si se me había olvidado me recuerda que tengo DOS grandes ampollas… Hago tiempo y tras varias vueltas por este pueblo plagado de turistas, contemplo la estupenda colegiata, el diverso comercio que con las cosas más variadas llama mi atención como estos azulejos con leyendas de los más curiosas y típicas como esta…..”En esta casa se invita a comer dos veces por semana, una fue ayer y otra ser mañana”. Me pues en un restaurante que me ha llamado la intención, el Onjancano y con un arroz con setas y gambas, doy paso a un bacalao con tomate y doy fe de la buena cocina que aquí se hace. Todo muy rico…Para rematar un flan de queso que aunque pobre en su presentación tiene un sabor delicioso. Buen sitio este Onjacano de Santillana. De precio también bien…doce euros.
Trascurrido el tiempo me acerco hasta el albergue Jesús Otero, donde Rubén un policía municipal hace las veces de hospitalero, me cobra los seis euros de rigor y me deja al frente del sitio. Un lugar limpio, muy bien situado, con dos zonas de camas y capacidad para 16 personas…muy bien.
Echo una siesta de casi dos horas y tras la ducha prosigo el paseo con mis dos súper ampollas por las calles empedradas de Santillana del Mar.
Encuentro un curioso local para tomar u chocolate con churros y hacer desde allí mi intervención de los martes en El Color de la Tarde con María José Bosch de Radio Inter. Disfruto cada cucharada de un chocolate bien puesto que no peca de denso ni lo contrario.
Leo un rato para hacer tiempo y tras los deberes hechos, me doy cuenta que lo que me sobra estos días….es TIEMPO. Porque…podemos ganar más dinero, pero no podemos ganar más tiempo. Ahora dejo que pase despacio y sin prisas, camino a su lado, sintiendo el pendular de los minutos. ¡Que gozada!
Me he fijado que en el Parador ofrecen un menú por 20€ y aunque tengo asignados 35€ por día, creo que me saltare el límite para disfrutar de la comida del Parador de Santillana.
Son las nueve de la noche y ante un lujoso comedor entro con mi pantalón de caminar y mi forro polar. No me miran bien, pero el comedor esta casi vacío, solo una pareja que hace arrumacos ocupa una de las mesas.
Me decanto por el menú de otoño que con un aperitivo, una brocheta de quesos, una crema de calabaza y un conejo guisado me dejan más que satisfecho. El servicio, es correctísimo y llama mi atención las maneras y formas de Carmelo, el encargado del comedor, al que entro haciendo alusión a su gran anillo que muestra en su mano.- Muy bonito el anillo… a lo que rápido como un Colt, dispara la respuesta de manera amanerada.- Se lo conceden a las personas que llevamos más de treinta años trabajando en Paradores.
-Enhorabuena Carmelo. ( Pone su nombre en la placa de la chaqueta )
-En realidad llevo cuarenta años aquí, bueno aquí no, porque yo soy de Cádiz y como el Parador de Cádiz está en obras, me ha traído hasta aquí.
-Oiga, Carmelo usted conocerá muchos paradores…¿Cuál me recomienda?
-Sin duda el de Cádiz y ahora que lo están poniendo bonito, mas.
Y así me despido de Carmelo y del Parador, con una recomendación y un buen sabor de boca. Me voy a la cama que mañana, me espera otra bonita etapa….¿me acompañaras?
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martes, 20 de diciembre de 2011

Aqui se sento El Jugador del Athletic y CAMPEON del MUNDO Javi Martinez Larruzz Bilbao Invierno 2010

Que en Larruzz Bilbao están haciendo un continuo ejercicio de profesionalidad e imaginación, lo demuestran no solo con la calidez en el trato de su personal, sino con los excelentes manjares que ofrecen cada día en sus mesas.
Ahora han querido dar protagonismo a las Sillas de Larruzz y han colocado unas placas donde se puede observar las diferentes personalidades de los más variados ámbitos que han visitado Larruzz Bilbao. Y desde grandes deportistas, pasando por políticos, músicos, actores y gentes de la vida social y cultural de este país, han disfrutado de las excelencias de Larruzz que vuelve a colocarse en el pódium de uno de los mejores restaurantes de Bilbao, sin vaciar el bolsillo.
Están en la calle Uribitarte de Bilbao, en el Nº 24. www.larruzzbilbao.com
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miércoles, 14 de diciembre de 2011

EL MARTILLO y EL CARPINTERO

Cuentan que en la carpintería hubo una vez una extraña asamblea. Fue una reunión de herramientas para arreglar sus diferencias. El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar ¿La causa?... ¡Hacía demasiado ruido! Y, además, se pasaba el tiempo golpeando. El martillo aceptó su culpa, pero pidió que también fuera expulsado el tornillo; dijo que había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo. Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a su vez pidió la expulsión de la lija. Hizo ver que era
muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás. Y la lija estuvo de acuerdo, a condición de que fuera expulsado el metro que siempre se la pasaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto.

En eso entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo. Utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Finalmente la tosca madera inicial se convirtió en un bello mueble. Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó la deliberación. Fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho, y dijo:

"Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos y concentrémonos en la utilidad de nuestros puntos buenos."

La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba fuerza, la lija era especial para afinar y limar asperezas y observaron que el metro era preciso y exacto.
Se sintieron entonces un equipo capaz de producir muebles de calidad.
Se sintieron orgullosos de sus fortalezas y de trabajar juntos.
Ocurre lo mismo con los seres humanos.

martes, 13 de diciembre de 2011

Verde y musgo en el camino

Los Huevos del refugio camino de Atxulo
Más de una vez he dicho que no me cuesta madrugar y menos cuando es para ir al monte.
Habíamos quedado a las 8:30 en el portal de mi casa y Paulino y Txema se retrasaban. Les llamo por teléfono por si he errado en la hora y ya aparecen por el fondo. Txema me pregunta por Jon y no sé que responder, porque pensé que él se había encargado de convocar a la gente. Así que, le llamamos por teléfono y hasta Gorliz nos acercamos para recogerle.
El camino y el trayecto siempre está lleno de alguna anécdota que surge de lo que vemos y ya al recoger a Jon nos ponemos rumbo hacia Villaro donde subiremos hasta Pagomakurre en coche para hacer la ruta de Atxulo volviendo por la campas de Arraba y almorzar en el refugio que el Club Deportivo tiene allí cerca.
Paulino conocedor de la zona, encabeza la marcha y sorteamos como podemos el barro tan pegajoso que se encuentra en la ruta. Poco a poco vamos ascendiendo por un terreno escarpado, resbaladizo y lleno de hojas que delatan la estación en la que estamos. Es otoño y las gamas cromáticas del camino son muy bonitas. Dejamos la zona de arbolado y contemplamos un paisaje estupendo. Saco los prismáticos y nos ponemos a porfiar sobre que es cada una de las cosas que vemos. Esto instrumento óptico que sirve para ver a larga distancia, me permite distinguir claramente Algorta y un poco del puerto de Santurce, pero Paulino provoca y Txema no confirma. Lo tengo claro pero no es cuestión de hacer una apuesta, así que con la disputa, seguimos ascendiendo a casi más de mil metros de altura.
El Ojo de Atxulo esta grandioso y dominante, así que dóciles pasamos bajos su arco y retratamos nuestra presencia allí. Jon se empeña hacer el mono, escalando hasta el árbol que corona el ojo, ante el nerviosismo de Txema. Hoy les noto un poco chinchones, pero Jon sigue animando con sus conversaciones musicales la caminata y ahora toca el tiempo de Mecano y la Torroja. Podríamos hacer un máster sobre todos los dimes y diretes que Jon cuenta del faranduleo musical. No me gusta, contrariarle y aunque por momentos discrepe, me divierte mas las versiones que el cuenta de las cosas…..Ojo, que no quiero decir que las mías sean las buenas.
Con Ana Torroja nos despistamos un poco y camino arriba camino abajo no sabíamos dónde estábamos, hasta que Txema y su olfato de montero batidor nos recondujo a la senda deseada.
En ese camino vimos, carboneras, neveras que almacenaban hielo que luego se bajaba en burras hasta Bermeo para el pescado. El camino, es muy chulo y los colores son de un verde de Photoshop.
EL musgo y algunos árboles secos invadidos por el verdín ofrecen un paisaje de postal, así que me harto hacer fotos.
Un cartel indicador nos alivia al ver que marca 500m a las campas de Arraba y es girar la ladera y encontrarnos con una gran explanada donde caballos, ovejas y alguna vaca pasta hierba “pata negra”
Tenemos que esquivar varias balsas de agua y con las huellas del jabalí y su busca de las raíces damos mas rodeo del deseado.
Ya hemos encarado una pista de piedra, para a los pocos metros encontrar una casa con grandes leños que es el refugio del Club Deportivo.
Paulino entra simpático y sonriente para recibir el corte y la respuesta grosera del que parece ser el encargado; un tal Javi, que quiero suponer que no estaría en su mejor día, por que no contento con los continuos desplantes que hacía a las ganas de agradar y conversación que mostro Paulino, él se superaba cada vez más en su grosería. Compensaba un poco la amabilidad de Inma, la que parece es su pareja y que con algo más de corrección nos atendió.
Pedimos un par de huevos frutos con chorizo que al precio de 6€ marcaba en un cartel, aunque luego no sabemos por qué la suma ascendió a 42€
Me fui con pena, porque un sitio que reúne muchos de los ingredientes para hacer un almuerzo agradable, las malas formas de este Javi, desbaratan todo opción.
NO obstante, lo pasamos bien aunque el chorizo estaba más duro que un triple disco de Rosendo. Esto provoco que la bajada hasta Pagomakurre fueran todo risas aludiendo a la comida. Fue muy divertido.
Y así pasamos la mañana de un domingo, donde unos huevos consiguieron hacernos piar…..
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viernes, 9 de diciembre de 2011

Desde SANTILLANA hasta COMILLAS

Desde SANTILLANA hasta COMILLAS
El escribir me ayuda en muchas cosas; en recordar y congelar lo vivido, en repasar lo olvidado y sobre todo en esa necesidad de compartir y pregonar lo que siento.
Y ahora, no siento los pies, o las piernas que diría el humorista aquel de Ceda el Paso…¿Os acordáis de su nombre? ¿Recordáis sus gags en el Misisipi de Pepe Navarro? Bueno pues mientras lo pensáis mis pies siguen sin olvidar esos dos pedazo de ampollas que me han salido y para colmo como bien sabréis, Santillana del Mar, es una población totalmente emparedada, así que busco como loco, las zonas lisas, para evitar que mis pies sufran más de lo necesario.
Repaso mi mochila…. RECOMENDACIONES para HACER LA MOCHILA en el CAMIDO DE SANTIAGO.
Como estamos en diciembre, he seleccionado:
Un paraguas, un bastón que nos será muy útil para aligerar el peso de la mochila al apoyarnos en él, un pantalón y chaqueta impermeable o cortavientos, ( yo utilice uno que venden muy económico en Fórum) Un botiquín que tenga tiritas, parches para ampollas, imperdibles, gasa, vendas y nada más. Una toalla ( hay unas muy útiles y que ocupan muy poco en tiendas de deportes) con su neceser. Unas chanclas para la ducha y a modo de zapatillas de casa en los albergues, Un pantalón de deporte y una camiseta a modo de pijama, que nos sirvan también para estar por las estancias del albergue. Mudas y calcetines al menos tres para ir lavando y cambiando. Dos pantalones uno el puesto y otro par el día siguiente, lo mismo con las camisetas y una camiseta interior térmica. Una linterna frontal, nos vendrá muy bien para las noches en el albergue sin molestar a los demás. Un saco de dormir que no abulte mucho y abrigue, y mejor si tiene cremallera lateral. Una esterilla que nos aislara, por si no hay colchón en el albergue. Y a mi más que una cantimplora o botella, aunque también la lleve, fue un vasito, también un plato de metal, una navaja multiusos, y cubiertos, o sea…cuchara, cuchillo y tenedor.
No olvidar una cámara de fotos o el móvil y un cargador. En mi caso la mochila era de 30 litros, y metí un peso de 12 Kilos que siempre en los finales de las etapas me pesaba más de lo que quisiera. Importante que la mochila tenga protector de espalada y cintas a la altura del pecho y en cintura. Una simple cosa que pendule en el camino hace que la mochila adquiera más peso.
Y por ultimo y aunque no hice caso a mi amigo Txema…una crema hidratante de pies, que serán el medio que todos los días utilizaremos para trasladarnos… Esta última la compre el segundo día y fue muy tonificante en los finales de etapa.
Pues con estos doce kilos a la espalda más una manzana y una mandarina salí de Santillana del Mar.
Antes eche un café en el Bar el Castillo, donde un rudo y grosero camarero, no me dijo ni buenos días cuando le pedí un completo. Aproveche el desayuno para ojear la prensa y cuando no aguante mas groserías del enjuto y desagradable camarero me fui calle arriba dejando a un lado la casa del cura que es la más florida y engalanada de Santillana del Mar.
Tras una ligera pero prolongada cuesta que tiene a su izquierda el camping y a su derecha unas bonitas casas de madera a modo de Bungalops, recrean la imaginación de cualquiera en como sería una noche en una de estas “chozitas”
El verde y el azul del cielo, el verde y el azul del mar…los colores que con sus gamas cromáticas muestran ahora una casa de amarillo con sus bragas y calzoncillos secando, después unos marrones de piedra noble, devota, profesa y practicante de esa iglesia que llamándose San Pedro estas más cerca de la tierra que el cielo. Y allí junto a ella y su perro en el barrio de San Roque saludo y pregunto a Joaquín que orgulloso de su casa me la muestra para explicarme más tarde que Oreña tiene siete barrios y esta su iglesia reúne a los paisanos de la zona. Es de aquí pero lleva treinta tres años en Bilbao, me reconoce y mi vanidad se hincha como un globo de helio, y como tal me esfumo cuesta abajo hasta llegar a Caborredondo con sus fardos de paja enrollada. Más allá, el rojo de unas flores despiden a Oreña con un cartel que parece un jugador del Rayo Vallecano.
No he dejado de pensar en ti, ni un solo minuto, ni un solo segundo, porque todas las pisadas que marca el ritmo de mi caminata, vienen de este latido que tú bombeas y alimentas en mi corazón. Y si al menos ahora pudiera llegarte todo lo que pasa por mi corazón y no por mi cabeza, que es torpe y tonta. Solo me queda el consuelo del que fuera tu primer apellido, se convierta en el idioma que ambos hablemos…mientras seguiré caminando para que el latido de mi corazón coja el ritmos de tu besos. Muac
Me siento un burro y a los pocos metros veo como uno de verdad se me acerca reclamándome caricias…y deslizo mi mano sobre su hocico y juego con mis dedos sobre sus orejas y con leves gemidos, quiero entender que me agradece tales gestos. Le lanzo un beso y alzando su cabeza me dice adiós…
Más adelante un caballo con los mismos síntomas y gestos hace lo mismo…me acerco de nuevo y extiendo mi mano. Con movimientos suaves y cariñosos paso mis dedos pos debajo de su boca, le hablo como si me entendiera y consigue que me emocione. No contengo la emoción y dejo que mis lágrimas empapen esta cara mal afeitada. Lloro y justo un ciclista pasa preguntándose ( supongo ) que hace un tío llorando junto a un caballo. Y me respondo que preguntándome cosas. Esta llantina, me ha dado sed y aprovecho la fuente que hay junto a una impresionante iglesia que debe ser la de San Martin de Tours. Bajo ella un riachuelo con patos y mas allá unos cerdos que cual flautista se acercan a mí. ¿Qué pasa con los animales hoy, que según me ven se acercan reclamándome, no sequé con su gruñidos. Uno de ellos es negrito y hace amagos de saltar….no entiendo nada. Y menos…cuando al giran la curva de Ciguenza una familia de Borriquitos se acercan también. Me siento Noé sin barca y me planteo el por qué de estas circunstancias. Seguramente son pura casualidad y bastante falta de cariño hacia esos animales, que como los numerosos perros con los que me he cruzado, solo ladran moviendo el rabo para mendigar unas caricias. Es horrible…¿Cuánta gente mendiga caricias de voz y de las otras?
La vida, el día a día tiene cosas increíbles como estos eucaliptos que han nacido entre las rocas, que barbaridad. Me demuestra, algo en lo que me reafirmo….Todo Es Posible.
Y hasta La Solana llego con la pregunta de la soledad deseada…estoy solo, pero me siento acompañado, no solo por las personas que me llaman interesándose por mis progresos en estas etapas en solitario del Camino del Santiago, sino por aquellas personas que las siento. Ellas me dan con su aliento un ánimo que siento…gracias por estar sin estar, gracias.
Un par de montañeros me adelantan y apenas nos da tiempo a decirme que son de Santillana y que mañana se van hasta Palencia para hacer alta montaña…pues buena suerte y adiós…
Llego a Cobreces dando un rodeo descomunal y la escultura del peregrino junto a la Iglesia de San Pedro retrato la instantánea. El camino me gira ahora a la izquierda y me topo con un lavadero donde antaño se lavaba la ropa. El camino se vuelve de nuevo pedregoso y mis ampollas me saludan. AL fondo siguen los picos de Europa que refrescan el soleado día que hoy me ha tocado, para compensar las lluvias y vientos de ayer.
Llego a La Iglesia y una curiosa señal de no superar los 40 Kmh. Me hace reír, al darme cuenta, que por muy rápido que quiera ir, nunca podre alcanzar esa velocidad con mis pies.
Atravieso La Iglesia que altiva y grácil se me ofrece, para despedirme de ella de la misma manera que la salude…o sea a 6Kmh.

Tras un ascenso y en un cruce que preside una ermita donde figura la leyenda que se puede poner el sello de la compostelana, no consigo el objetivo. Aunque nunca lo fue, sellar la compostelana. El mío es más un viaje interior, que sin demasiado misticismo pretende ser practico en mi día a día. Y por el momento lo estoy consiguiendo, está siendo fantástico, y súper enriquecedor.
De nuevo por la carretera y aunque poco transitada, llego a Concha, curioso municipio o localidad que con 37 habitantes casi la mitad esta en los pórticos de sus casas y me saludan con mucha simpatía. - ¡Nunca Diciembre tuvo estos días! Pregona una señora…
Un árbol lleno de un fruto que desconozco y mi miopía me impide diferenciar me despide de Concha, para ofrecerme otra estampa de foto y así con el móvil la retrato…nubes algodonadas y un mar de fondo que me vuelven a emocionar….Una gozada de paisaje y camino.
Ahora el ronroneo del mar, se escucha y el ritmo de mi corazón se acelera al ver las primeras siluetas de Comillas. El sonido es más bronco cuando ya desciendo, las olas bravas, como las patatas golpean las rocas. Estoy en Comillas “””” si el cartel lo dice y el letrero también…Albergue La Peña, Cerrado desde el 1 de noviembre hasta el 1 de marzo. Y yo que consultando las guías me cerciore que estaba abierto, y yo que llame a la oficina de turismo y me aseguraron que cerraba el día 12 de diciembre. ¡En fin! Me da pena, porque por fuera tiene una pinta estupenda, pero me quedare con las ganas.
Y como no hay mal que por bien no venga, descubro la casa de Lumaelte, con su dueña Teresa. Una posada, muy bien situada, donde con siesta y ducha pongo rumbo a descubrir y pasear por Comillas. Mi presupuesto es de 30€ diarios y el gasto no previsto, me obligan a comprar algo de fruta, unas sardinillas y unos espárragos para cenar en la habitación y ajustar costos.
Un beso…sigue latiendo en mi boca, y una caricia en mi corazón.



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ETAPA desde COMILLAS a SERDIO. Salgo de Comillas por JabierCalle

Desde COMILLAS hasta SERDIO
Era mi última etapa en esta escapada, pero la está viviendo como si fuera la primera, son más de veinte kilómetros los que separan estas dos localidades cántabras, pero con subidas y bajadas que pueden hacer más cansino el camino.
La Posada de Lumaelte, gestionada por Teresa, una mujer más cerca de los setenta que de los sesenta diría yo, si que se me ofenda, tiene la dulzura y delicadeza de las jovenzuelas adolescentes que se ríen con facilidad. Su casa, es un autentico palacio que se ha visto obligada a alquilar por los gastos que conlleva tal edificio y lo reducida que es su familia. Heredo la casa de sus padres, que en pleno centro de Comillas, es un autentico lujo. Por 25€ cama y baño que reponen mis fuerzas de la jornada anterior, refrescan mis sudores con su ducha y me sirvieron de salón comedor con una sardinas acompañadas de espárragos que improvise como cena.
El Albergue de Comillas, en contra de lo que dicen las guías estaba cerrado y en la oficina de Turismo local, www.turismocomillas.com con parcas palabras aunque amables no dan más soluciones que una triste fotocopia acompañada de un mapa que hace que te la juegues. Opte por el recurso local y me acerque al bar más próximo, pedí un café y al verme mochilero enseguida se dieron cuenta que buscaba algo, con la triple B, Bueno, Bonito y Barato. Así llegue hasta Lumaelte, C/ La Corriente, 5, Comillas Teléfono: 942720973
Como digo allí repose de la etapa y allí me desperté para encarar esta etapa. Como digo se presentaba sinuosa y la calle larga que encara la Universidad Pontificia y el capricho de Gaudí a la izquierda muestran la salida hacia el Camino de Santiago.
Por la carretera y junto a un carril de bicis, escoltado por continuo arbolado y con el roció mañanero avanzo hasta Rubarcena que alberga el campo del futbol del equipo de Comillas y con un grafiti bien trazado hace un recorrido en su fachada de los edificios más emblemáticos de Comillas.
Unos metros más allá el cartel de La Rabia, me saca una sonrisa y sigo el giro que este país y la carretera me obligan a la derecha. Entiendo ahora el por qué del nombre de esta localidad mientras atravieso una ría que con sus mezclas de agua dulce y salada recibe el nombre de La Rabia. El paisaje es bonito y digno. Hago unas cuantas fotos y sigo camino.
El andar solo, te hace preguntarte y responderte con la misma velocidad que los mensajeros llevan por las calles de Madrid. Tanta pregunta me abruma y las reposo en mi hipotálamo, mientras las otras partes de mi cerebro siguen con las suyas.
Así paso por Santana, y llego hasta El Tejo, que siendo localidades sin mucho población mantienen el encanto de los lugares norteños con hierba, arboles y espacio.
Me sorprende lo perfecto del paisaje y unos metros más descubro la cuestión, estoy dentro de un campo de Golf, que con un cartel m e indica que estamos en el hoyo 17 y junto al Green del 18. Es el campo de Golf de Santa Marina en La Revilla y ya saliendo sospecho que esta ermita que con campanario, pero sin Jesulin, perdón sin campanas tiene un hermoso árbol que nace del mismo, es increíble que dijera aquel.
Sigue presidiendo mi ruta de hoy los fríos picos de esta Europa sin euros y dotan al fondo de la imagen de una belleza espectacular. Saco pues el objetivo de mi IPhone y jugueteo con el disparador…click, click….
Oigo de continuo el chasquido de las olas y cual avión en despegue, sonorizan todo este recorrido entre La Revilla y El Sable de Meron. Debe ser la playa de Oyambre que con gran longitud acoge la muerte de la Ría de La Rabia.
Mucho del camino andado es por asfalto y para mis dos ampollas, no viene mal, pero…bajando hacia la ría de San Vicente un camino pedregoso vuelve a recordarme que tengo ampollas.
Ver una localidad desde lejos y ver que te estás acercado me hace si querer acelerar el paso. San Vicente de la Barquera, (nunca sabré quien era esta mujer, ya que lo he mirado y nada he encontrado) existía antes de que Bustamante adquiriera una fama por los pelos y los últimos votos, en esa primera edición de Operación Triunfo, pero las fotos de este buen hombre se ven por todos los lados.
Pase por el conocido puente de la Maza y por el menos de no sé qué nombre ahora, para llegar hasta el final del Puerto y hacer un “mandao” de mi amigo Txema. Pero mi gozo en un pozo, porque el Hotel Restaurante Miramar de su amiga y hermana Rosana, está cerrado de Diciembre hasta Marzo y vuelta atrás esos pasos que recorrí.
Aproveche un café local, para desayunar una buena tostada con su zumo y demás. No tuve la pericia de apuntar el nombre pero es fácil de localizar porque esta nada más pasar el puente junto a correos. Allí dos buenas mozas me trataron de maravilla.
Vuelta a los pasos andados recorrí de nuevo San Vicente de la Barquera que bullicioso y con mucho turista muestra que está vivo. Asciendo unas escaleras y siguiendo los indicadores de la flecha amarilla, llego al Albergue El Galeón donde Luis el Hospitalero me recibe con cierta somnolencia que poco a poco va dejando para hablarme de los seis años que lleve allí con su mujer y de los miles de extranjeros que pasan cada año. Este año superara los cinco mil. Con Luis hecho una charleta y sigo porque mi familia, me espera en Serdio donde finaliza la etapa y he quedado.
Las vistas siempre son dientes y algo más atractivas cuando son desde arriba, por eso ahora que fotografió este rio atravesado por el Puente de la Barquera, reflexiono lo fácil que es conocer a una persona, dándole un poco de poder, de altura, de jerarquía…
En fin sigamos con el camino que ya estoy bajando hacia La Acebosa, para ver diferentes campos o canchas del juego tan cántabro como es el Pasabolo. Ahora asciendo un poco y de nuevo bajo hasta el Hortigal, para en un suspiro decirle adiós y dar la bienvenida a la Estrada. Son poblaciones pequeñas y sin transeúntes por sus calles, pero de las que intuyo que tienen buenas fiestas y mejores gentes.
Al ir solo, el ritmo siempre es un poco más rápido y estoy sacando unas medias de siete kilómetros la hora, por lo que me he permitido paradas tranquilas y llego un poco antes sobre el tiempo previsto a Serdio, que con una rifa parroquial en medio del pueblo está lleno de bulla, jaleo y vocerío.
El alberge de peregrinos esta cerca de la iglesia, pero no a nadie. Llamo al teléfono que figura y me remiten a la Junta Vecinal, un pequeño bar donde una mujer entregada, hospitalaria y amable, siente mucho no disponer del sello para mi credencial, y me remite al bar de La Gloria que aunque su dueña está enferma, tiene unas hijas que no lo hacen mal.
Y allí mientras espero a mi familia, disfruto del ambiente y unas patatas bravas cortesía de la casa, para un peregrino que hoy ha terminado su camino.
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