martes, 13 de diciembre de 2011

Verde y musgo en el camino

Los Huevos del refugio camino de Atxulo
Más de una vez he dicho que no me cuesta madrugar y menos cuando es para ir al monte.
Habíamos quedado a las 8:30 en el portal de mi casa y Paulino y Txema se retrasaban. Les llamo por teléfono por si he errado en la hora y ya aparecen por el fondo. Txema me pregunta por Jon y no sé que responder, porque pensé que él se había encargado de convocar a la gente. Así que, le llamamos por teléfono y hasta Gorliz nos acercamos para recogerle.
El camino y el trayecto siempre está lleno de alguna anécdota que surge de lo que vemos y ya al recoger a Jon nos ponemos rumbo hacia Villaro donde subiremos hasta Pagomakurre en coche para hacer la ruta de Atxulo volviendo por la campas de Arraba y almorzar en el refugio que el Club Deportivo tiene allí cerca.
Paulino conocedor de la zona, encabeza la marcha y sorteamos como podemos el barro tan pegajoso que se encuentra en la ruta. Poco a poco vamos ascendiendo por un terreno escarpado, resbaladizo y lleno de hojas que delatan la estación en la que estamos. Es otoño y las gamas cromáticas del camino son muy bonitas. Dejamos la zona de arbolado y contemplamos un paisaje estupendo. Saco los prismáticos y nos ponemos a porfiar sobre que es cada una de las cosas que vemos. Esto instrumento óptico que sirve para ver a larga distancia, me permite distinguir claramente Algorta y un poco del puerto de Santurce, pero Paulino provoca y Txema no confirma. Lo tengo claro pero no es cuestión de hacer una apuesta, así que con la disputa, seguimos ascendiendo a casi más de mil metros de altura.
El Ojo de Atxulo esta grandioso y dominante, así que dóciles pasamos bajos su arco y retratamos nuestra presencia allí. Jon se empeña hacer el mono, escalando hasta el árbol que corona el ojo, ante el nerviosismo de Txema. Hoy les noto un poco chinchones, pero Jon sigue animando con sus conversaciones musicales la caminata y ahora toca el tiempo de Mecano y la Torroja. Podríamos hacer un máster sobre todos los dimes y diretes que Jon cuenta del faranduleo musical. No me gusta, contrariarle y aunque por momentos discrepe, me divierte mas las versiones que el cuenta de las cosas…..Ojo, que no quiero decir que las mías sean las buenas.
Con Ana Torroja nos despistamos un poco y camino arriba camino abajo no sabíamos dónde estábamos, hasta que Txema y su olfato de montero batidor nos recondujo a la senda deseada.
En ese camino vimos, carboneras, neveras que almacenaban hielo que luego se bajaba en burras hasta Bermeo para el pescado. El camino, es muy chulo y los colores son de un verde de Photoshop.
EL musgo y algunos árboles secos invadidos por el verdín ofrecen un paisaje de postal, así que me harto hacer fotos.
Un cartel indicador nos alivia al ver que marca 500m a las campas de Arraba y es girar la ladera y encontrarnos con una gran explanada donde caballos, ovejas y alguna vaca pasta hierba “pata negra”
Tenemos que esquivar varias balsas de agua y con las huellas del jabalí y su busca de las raíces damos mas rodeo del deseado.
Ya hemos encarado una pista de piedra, para a los pocos metros encontrar una casa con grandes leños que es el refugio del Club Deportivo.
Paulino entra simpático y sonriente para recibir el corte y la respuesta grosera del que parece ser el encargado; un tal Javi, que quiero suponer que no estaría en su mejor día, por que no contento con los continuos desplantes que hacía a las ganas de agradar y conversación que mostro Paulino, él se superaba cada vez más en su grosería. Compensaba un poco la amabilidad de Inma, la que parece es su pareja y que con algo más de corrección nos atendió.
Pedimos un par de huevos frutos con chorizo que al precio de 6€ marcaba en un cartel, aunque luego no sabemos por qué la suma ascendió a 42€
Me fui con pena, porque un sitio que reúne muchos de los ingredientes para hacer un almuerzo agradable, las malas formas de este Javi, desbaratan todo opción.
NO obstante, lo pasamos bien aunque el chorizo estaba más duro que un triple disco de Rosendo. Esto provoco que la bajada hasta Pagomakurre fueran todo risas aludiendo a la comida. Fue muy divertido.
Y así pasamos la mañana de un domingo, donde unos huevos consiguieron hacernos piar…..
jabier@lavisita.com
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